Resequedad extrema, común en esta temporada
Cuidados de la piel en época invernal
· Resequedad extrema, común en esta temporada
· Las bajas temperaturas disminuyen la humedad del ambiente
· Bañarse con agua muy caliente deshidrata la piel
En la temporada de invierno –además de extremar precauciones respecto de las enfermedades respiratorias– se debe estar alerta pues existen padecimientos de la piel que surgen en esta época del año y algunos otros se agravan por las bajas temperaturas, el más común es la xerosis, o sequedad extrema de la piel.
La doctora Minerva Gómez, médico dermatólogo Presidenta de la Fundación Mexicana Para la Dermatología (FMD), reveló que nuestra piel, el órgano más extenso del cuerpo, en las temporadas invernales sufre de deshidratación debido a que el frío baja la humedad relativa del aire y esto seca considerablemente la piel.
Sin embargo dicha resequedad predispone a otros problemas cutáneos y añadió: “En el caso de los que padecen problemas circulatorios, éstos pueden agravarse cuando el termómetro desciende.”
Respecto de la frecuencia de los trastornos en la piel –abundó–, se cree que las mujeres son más vulnerables, aunque los hombres también llegan a presentarlos. Asimismo, la piel blanca es más sensible que la morena. Por su parte, la tercera edad acude a consulta con mayor frecuencia debido a que la comezón se acentúa en casi todo el cuerpo, refirió la especialista.
Aunado a lo anterior, el frío también puede provocar en la piel sabañones (lesiones enrojecidas en las manos), la urticaria al frío, el livedo reticularis (especie de coloración violácea en las extremidades), la acrocianosis (manos y pies morados) y el fenómeno de Raynaud (enrojecimiento de la piel en extremidades también), que puede acompañar a enfermedades generalizadas o se presenta de manera aislada dejando lesiones que impactan hasta en los recién nacidos, informó la doctora Gómez.
“En ocasiones ocurre que en México la población de las costas se ve afectada cuando viene al altiplano, zonas altas –donde el invierno es más crudo– produciéndose un empeoramiento de las dermatosis por frío”, recalcó.
La especialista aconseja abrigarse de manera adecuada usando guantes en las manos, cremas humectantes y lubricantes; no debemos ducharnos demasiado ni abusar del jabón; hay que evitar los cambios bruscos de temperatura y la ropa que no permite la adecuada ventilación, como texturas de plástico (que generalmente se usan en el calzado) y aumentar la ingesta de líquidos.
Se debe considerar que en época de frío –señaló la doctora Gómez– la gente suele bañarse con agua más caliente de lo normal, lo que aumenta la deshidratación de la piel.
A veces la piel que generalmente está seca o irritada empeora por hábitos exagerados de limpieza o uso de medicamentos inapropiados. Hay que acudir al dermatólogo o informarse sobre medidas de higiene pertinentes en esta temporada invernal, recomendó la especialista en dermatología.
Los cambios en la alimentación, sobre todo en esta época, afectan también a nuestra piel y, aunque sabemos que comer en forma excesiva alimentos grasosos afecta el buen funcionamiento de nuestro organismo, no existe hasta la fecha ningún estudio científico que compruebe la relación del consumo de cierta comida con la aparición de acné, detalló la Presidenta de la Fundación Mexicana Para la Dermatología.
La cantidad de hormonas utilizadas en la elaboración de ciertos productos de origen animal podrían contribuir al incremento de patologías como el acné; también el uso indiscriminado de complejos vitamínicos del grupo de la vitamina B y suplementos alimenticios utilizados por las personas que quieren tener mayor masa muscular, puede provocar una recaída en una persona susceptible al acné. La mayoría de los mitos de la alimentación tienen relación con el aumento del peso o la necesidad de adelgazar, pero no con la piel, destacó.
Las medidas para mantener una piel sana –recomendó la dermatóloga– son comer frutas o verduras verdes y rojas, que sirven como antioxidantes para evitar el daño provocado en las células por la acumulación de radicales libres, además de favorecer la cicatrización de los tejidos y combatir con mayor eficacia las infecciones de la piel. “La manzana contiene alfahidroxiacidos, que son útiles para prevenir el fotoenvejecimiento.”
El zinc y el hierro son indispensables también para un óptimo mantenimiento de la salud del pelo y las uñas, además de contribuir a una buena cicatrización de la piel.
Respecto de las grasas, comentó que, a pesar de la recomendación general –de disminuir la cantidad de grasas–, existen algunas que son necesarias para el buen funcionamiento del organismo y de la piel, entre ellas se encuentra el ácido linoléico, presente en los aceites vegetales como el de soya y girasol, importantes para mantener la lubricación de la piel.
Pero no todo es malo, aclaró la doctora Gómez, los ácidos omega 3 y omega 6, presentes en el aceite de pescado (como el bacalao), algunos mariscos, así como en nueces y avellanas, promueven el buen funcionamiento de las células y la disminución del colesterol!, finalizó.