Dermatitis y la piel

Dermatitis y la piel

  • Afecta principalmente a los niños y se caracteriza por resequedad en la piel
  • Problema crónico e inflamatorio frecuente que afecta a un 20% de la población infantil
  • De acuerdo con la edad del paciente se presenta en diversas partes del cuerpo

Expertas de la Fundación Mexicana para la Dermatología advirtieron sobre las consecuencias que puede provocar el descuido ante los síntomas por dermatitis atópica y que pueden traer daños severos a nuestra piel, en especial, durante el invierno; pues la piel se ve agredida por factores como el frío, el viento, la humedad, cambios bruscos de temperatura y la sequedad producida por la calefacción.

Por ello, es necesario conocer las características de esta enfermedad, con la finalidad de proteger a los menores y evitar arruinar la época decembrina, “aunque no se han descubierto la causas específicas de esta enfermedad, la investigación permite saber los elementos que intervienen en su presentación, tales como factores inmunogenéticos –pues sabemos que el tipo de piel delicada se hereda–, y ambientales”, explicó la doctora Dulce María Ortiz Solís, dermatóloga pediatra, especialista en la disciplina e integrante de la Fundación Mexicana para la Dermatología.

“Los cambios de temperatura ambiental afectan, pues el calor produce el sudor, que contiene ciertas sales que irritan la piel; así como el frío que la reseca”, advirtió la doctora Ortiz Solís.

“La dermatitis atópica es considerada un problema crónico e inflamatorio de la piel que se presenta de manera intermitente (cursa con remisiones y exacerbaciones), afecta principalmente a los niños y se calcula que alrededor del 20% de la población infantil lo padece. Se caracteriza principalmente por resequedad en la piel y produce comezón, en general se le conoce como eccema atópico, jiotes o empeines y en ocasiones se asocia con otras manifestaciones como asma, rinitis y conjuntivitis”, aseguró.

De acuerdo con la edad de los pacientes, abundó, “se puede presentar en diversas partes del cuerpo. Un ejemplo es en los lactantes, a quienes afecta principalmente en las mejillas y piel cabelluda, por otro lado, en los preescolares y escolares les puede afectar la parte extensora de las extremidades, pliegues de cuello y párpados”.

 

En los adolescentes y adultos se localiza principalmente en los pliegues de codos, pliegues de atrás de las rodillas, cuello y pezones. Sus características principales son áreas de piel reseca y escamosa que producen comezón con enrojecimiento y huellas de rascado”, describió la especialista.

“Dependiendo de la severidad del cuadro, la piel se puede tornar “llorosa” (eccematosa), presentando también fisuras o grietas muy molestas y dolorosas para los pacientes. Cuando la piel presenta irritación severa, pueden quedar manchas residuales más claras o más obscuras, esto dependerá del tipo de piel de cada paciente e incluso la comezón puede llegar a niveles en los que altera el ciclo del sueño con todas las afectaciones colaterales que esto conlleva”, afirmó Ortiz Solís.

Si bien se reporta una deficiencia en la producción de ciertos lípidos en estos pacientes –lo cual genera una alteración en la barrera cutánea y por ende irritación e inflamación en la piel–, existen tratamientos encaminados a mantener bien hidratada y lubricada la piel, por medio de cremas que permiten restaurar la barrera cutánea.

Además, existe la recomendación para utilizar ropa suave de algodón, baño con agua tibia y no tallar la piel con esponjas o estropajos, sólo con el uso de jabones  blancos o sustitutos de jabón que no alteran el Ph normal de la piel; con la finalidad de tener la lubricación frecuente como base del tratamiento.

“Adicionalmente aconsejamos a la población que en caso de presentar alguno de los síntomas –comezón, piel reseca, irritación, descamación, eccema o piel llorosa o agrietada–, que consulte con su médico especialista en dermatología, quien definirá el tratamiento más conveniente para cada caso específico, que puede constar de anti-inflamatorios tópicos o sistémicos que convengan mejor a cada paciente”, detalló la doctora Ortiz Solís.

Durante los meses de frío, detalló, es necesario que se proteja la piel del sol; sobre todo, si se practican deportes pues la radiación ultravioleta se multiplica por el efecto de la reflexión de la luz. Es recomendable usar protector solar en las áreas expuestas a la radiación”.

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