La obesidad es el resultado de un desequilibrio entre la ingesta y el gasto energético. Este desequilibrio es frecuente a consecuencia de una dieta con alta densidad energética, baja en fibra, con incremento de bebidas azucaradas y conjugado con una escasa actividad física.
Este trastorno alimenticio conlleva a múltiples complicaciones que puede afectar a los vasos sanguíneos (hipertensión arterial), al sistema nervioso y al hígado. Además favorece la presencia de cáncer de colon, impacta en las articulaciones y la piel.
Algunos de los padecimientos de la piel cuando existe obesidad son:
Acantosis Nigricans.- Se localiza principalmente en los pliegues (cuello, axilas, ingles) y salientes óseas (dorso de las manos, codos, rodillas, región periumbilical). Se reconoce por la presencia de placas hiperpigmentadas, gruesas, de aspecto aterciopelado, semejante a la piel del elefante. El identificar esta dermatosis, sobre todo en niños, es muy importante ya que es un marcador predictivo para Diabetes Mellitus.
Hay que evitar la fricción con zacates o cepillos, ya que sólo aumentará la hiperpigmentación y puede dañar más la piel.
Insuficiencia Vascular (Varices).- Se forman aparentes trayectos venosos en las piernas, que se pueden hinchar provocando un proceso inflamatorio con una piel roja, caliente, dolorosa y llega a ulcerarse con una coloración obscura (Dermatitis por Estasis).
Cuando persiste este proceso inflamatorio, las piernas adquieren un aumento de volumen permanente y la piel se hace más gruesa y se endurece, lo que dificulta el aseo de los espacios interdigitales, favoreciendo la presentación de infecciones de repetición por la humedad, maceración, y las fisuras; causando necrosis de grandes áreas y se puede hasta perder la extremidad.
Es importante señalar que las afecciones dermatológicas pueden mejorar si el paciente disminuye su peso, así como evitando el uso de productos milagro, visitando al especialista y frenando el acceso a remedios caseros.
La salud de tu piel nos importa… ¡Cuídate, infórmate!